Notas sobre una obra de Fernando García y Suso Fandiño en Diálogos Improbables

Meses atrás tuve la oportunidad de visitar en Lalín, una nueva edición de Diálogos Improbables, en esta ocasión con una doble instalación, en video de Suso Fandiño y  en papel de Fernando García. Como ya es, por suerte, buena costumbrede los no probables diálogos, propuestos por Ángel Calvo, surgen los propios e interiores diálogos que es la confirmaciónde que el comisariado ha acertado y  hecho funcionar la propuesta.

No he escrito estas palabras sino, con tiempo demorado, ya pasados unos meses porque ese ha sido mi aprendizaje, mi diálogo improbable adquirido. Me explico:

A lo largo de este tiempo intermedio entre la experiencia de observar ambas obras y la escritura de estas palabras se ha ido fijando la reflexión y la preocupación por una idea, que se destila en el intento de la interpretación y aprehensión del discurso de los artistas, esa preocupación es el qué sucede entre lo que se manifiesta como información y lo que es conocimiento. Esta contradicción contemporánea, tan estudiada y abordada por especialistas, entre lo informado, lo manifestado a través de lo comunicado por otros y lo conocido, lo masticado o sufrido en la piel por nosotros mismos,se nos aparece en esta ocasión de Diálogos Improbables a través de la fuerte complementariedad entre ambas obras. De la narración visual repetitiva del Jerry lanzando su bola explosiva, en la impecable obra de Suso Fandiño se nos queda con el martilleo de la acción, la presencia inmediata de lo irreal mantenido en el tiempo de lo visual, que nada mejor que los cartoons saben comunicar…Y así, lejos de lo esperado, el quela base de esta obra se relacione en su construcción directamente con el mundo no real e imaginario, el mundo  de lo no sucedido,  nos sirve demotor para comprender qué sucede en el interior de los conos de Fernando García, es decir qué se desprende de su obra.(Las piezas de Fernando García, son unos conos de papel que en origen eran, ya no, contenedores populares en los que se sirve fruta en algunos establecimientos tradicionales y que han sido coleccionados después de su uso). Así, frente a la falsa inmediatez del cartoon de Jerry,  de estos conos, suspendidos en la pared fuera de las manos, se nos queda al contrario, la  presencia e intensidad de las ausencias de una acción previa. Una acción real pasada y experimentada también por nuestra biografía, no sólo la del artista, que nos hace transitar por el conocimiento de los sentidos que ya hemos ocupado nosotros alguna vez, el peso de lo poseído y el aligeramiento de lo que se acaba, la certeza de lo táctil y la fugacidad de lo olfativo…En fin, una serie de referencias hápticas que son también nuestras,y que al mismo tiempo demuestran una sensible compasión por la fragilidad de lo finito del material, de su uso, que nos emociona  también por conocido.  En esta tensión entre lo visual del cartoon en bucle, del imaginario no real pop y de lo táctil, de lo sensoriado (palabro) por la tradición es donde surge el conocimiento real. Conocimiento como aprendizaje profundo en el rememorar una acción pasada que ha sido, que ya no está, pero que a través de la acción del artista sigue estando presente, continuadamente y tan en bucle, tan repetitiva en nuestra cabeza con la del cartoon del Jerry que Suso Fandiño, nos regala.

Si Flaubert nos dice, que el artista en su obra, debe ser como Dios en su creación: “invisible y  al mismo tiempo todopoderoso”, estaremos  entonces de acuerdo en que en la improbable confluencia elegida por Ángel Calvo entre Suso Fandiño y Fernando García, esta regla ha sido seguida a pies juntillas, casi sin ver aparecer por ningún lado a los artistas, a través del pudor de su casi no intervención, estando presente la obra sólo por la selección de elementos reutilizados, visuales o reales y, sin embargo,mostrándose las propuestashumildemente rotundas, tanto, que no salimos informados de la galería, sino marcados en el tiempo. Una marca en el tiempo, por la quehemos necesitado, como comentábamos al inicio, unos meses para poder escribir estas líneas debido a que se necesita  tiempo para fijar la experiencia, para hacer del espacio de la información un lugar del conocimiento que se quede.

Luis Gil Pita, Santiago de Compostela 10/11/ 2013